sábado, 26 de julio de 2008

UNA MELODIA PARA CELESTE (IIPARTE)

Hola.

En esta ocasión les dejo la segunda entrega del relato de UNA MELODIA PARA CELESTE. Espero que les guste como la primera parte. Ya hay quienes me han hecho el comentario de agrado a través del msn y es un placer muy grande para mi ese hecho, sobre todo porque para mi es un disfrute el plasmar en letras, mi sentir.

Un abrazo y disfruten.

LAO


UNA MELODIA PARA CELESTE

SEGUNDA PARTE





Ha pasado una semana desde aquel extraño accidente. Daniela, cada día un poco más tensa por la cercania del concierto de cierre del festival, sabe que ese momento no es lo unico que la tiene incómoda, hay otra cosa ; y es precisamente el hecho de que a perdido la pista de Celeste. Sin un intercambio de números telefónicos, sin una aparición espontánea en la sala de ensayos... "No creo haber sido muy dura con ella" pensaba para si la rubia de mirada esmeralda. Y como quiera que sea, ese evento marcaba un poco su vida, desde el encuentro con la morena.

Las noches siguientes al accidente, Daniela se vió sumergida en incomodos duermevelas donde aparecía de repente la imagen de ojos azules, estos la miraban con un brillo especial y de manera tan intensa que incluso la hacian sobresaltarse, después de acomodar un poco sus ideas de que solo había sido una casualidad ese encuentro y no había esperanza de que se repitiera mas, volvia a alcanzar el sueño, pero no del todo tranquilo.


Una tarde, intentando concentrarse al máximo en el ensayo, Daniela no percibió la llegada de un mensajero de la florería que llegaba cargando un elegante bouquet de rosas rojas. Fue al toque final de las notas que contenía la partitura, cuando pudo apreciar que le esperaban en el desnivel del foro. Una sonrisa apareció en el pequeño rostro de blanca piel y con sentida inocencia (aun para su edad), aparte de la emoción que exalta a una niña pequeña al recibir un regalo preguntó:

- ¿Es para mi?...

- Si usted es Daniela Durán, concertista de piano... creo que si... Es aquí donde me dijeron que la encontraría.

Hermosos dientes blancos fueron desplegados en una sonrisa encantadora.

- Si yo soy Daniela Durán... tengo que firmar algo...

- Ok... de hecho le pediré dos firmas... (una cara de extrañeza)... Si, solo es un arreglo, pero... una es la firma de recibido y otra es un autógrafo... digo, si quiere dármelo...

El mensajero extendía el bloque de notas de entrega, al mismo tiempo que una papeleta en blanco para el autógrafo.

- En realidad no se que decir o hacer... es la primera vez que me piden uno...

La sensación de millones de hormigas desplazandose en loca carrera invadió el interior de Daniela, puesto que nunca antes había tenido tal solicitud.

- Me siento halagado entonces por el honor... pero tenga por seguridad que no será el último... Es usted una gran artista... ___ Dijo emocionado el muchacho.

- No es para tanto.... - La pianista tomó ambos papeles y con soltura trazó una singular firma, acompañada de la clave de sol al inicio, sin borrar la sonrisa de su rostro.

De hecho, es constante esa característica en Daniela siempre amable y dispuesta a todo. Una sonrisa ilumina permanente su rostro y la dota de una fuerte atracción para con las demás personas pero a la vez, le gusta ser discreta y tranquila aun asi sean reuniones con sus mas intimos amigos, la mesura y el respeto son caracteristicas de su personalidad, las cuales eran muy apreciadas por un buen numero de personas que se desenvuelven a su alredor. Daniela presenta en sí buena combinación de caracteres de personalidad, difícil de encontrar en el común de las personas.

- Podría empezar escribiendo mi nombre en el autógrafo... -Dijo el muchacho.

- Perdón... Disculpa... Estoy aun en las nubes... -Un sonrojo inundo el blanco rostro, dotando a Daniela de una extraña combinación de vergüenza y alegría a la vez.

- ¿Cómo te llamas?

- Ray

- Oh... Ray... bello nombre... Haber, entonces aquí pondré... Para Ray, el mensajero de las rosas rojas,... de... Daniela Duran... Listo... Aquí tienes...___y extendiendo su mano, el chico tomo la papeleta. En su rostro, una sonrisa de oreja a oreja era pago por la atención tan amable recibida por parte de la concertista.

- Muchas gracias... Esto lo guardaré como prenda valiosa...

- Me halaga mucho saberlo... (el interior de Daniela, se estremecía de orgullo y satisfacción por la respuesta a su acción... no llegó a pensar lo importante que pudiera llegar a ser para alguien, una simple firma de parte de ella.

- Ok, pues entonces me retiro, para que siga ensayando... Fue un placer escucharle...

Sonrisa nuevamente que ilumina el rostro de la rubia... Es adorable, en verdad verla.

Al cabo de unos momentos toma la pequeña tarjeta que acompaña el bouquet, aspirando a la vez el rico aroma de rosas frescas y lee con atención: "Para la mejor concertista... Te invito a cenar esta noche... paso por ti, a las 8:00 p.m. No aceptaré ninguna excusa... "C".

- ¿"C"?, Dios... No puede ser ella... miles de mariposas revoloteaban ahora en su interior, si seguia recibiendo ese tipo de emociones, se volveria pornto en un santuario interno de sensaciones minusculas pero numerosas ___¡O por Dios!, que si sea ella... ___ y sujetó la tarjeta fuertemente, mientras la sonrisa mantenia una danza constante en su rostro.


************


7:45 , era la hora que se marcaba en el algo estraño reloj de péndulo que adornaba la pared central de la sala de la casa de Daniela. Ella, impaciente por la espera, se encontraba lista desde hacia varios minutos. Había elegido para la ocasión un sencillo vestido de gasa aperlada, el cual acompañaba con un abrigo corto blanco, sin necesidad de mucho maquillaje, adorno su liso cuello con un collar de pequeñas perlas y unos pendientes de la misma joya. Si con vestimenta común su belleza fisica era mucha ya, ahora vestida de esa forma realmente le permitiría conquistar a más de uno esa noche, sin embargo en su pensamiento solo rondaba una persona y esta era Celeste. Una extraña sensación recorría sus extrañas. Realmente se encontraba emocionada con la posibilidad de que fuera ella quien hubiese enviado el arreglo.

Escuchó a lo lejos, como las rodadas de un auto se adentraban por la vereda de la entrada de su casa, la llegada de él, se lo confirmaban las luces del vehículo que se acercaba cada vez más y que se alcanzaban a vislumbrar desde la ventana.

No quería parecer desesperada, pero al escuchar los pasos por el entablado del pórtico, abrió la puerta... para dar de lleno con una figura varonil del otro lado de ella. Asombrada solo alcanzó articular media palabra...

- ¡Car...los!... ___ Y extrañamente sintió un hondo pesar dentro de si.

- ¿Esperabas a alguien más? -El hombre preguntó al ver la desilusión en el rostro de Daniela...

- No... Bueno... Si... Pero pasa, pasa... no sabía que estabas en la ciudad... _

Y se aparto de la puerta para dar paso al hombre, quien se instaló rápidamente en uno de los cómodos sillones de la sala.

- Puedes sentarte... con confianza... ___ Un recelo se alcanzó a escuchar en la voz de la chica. Sin poner atención al mismo, el hombre captó las tres rosas rojas que adornaban el centro de mesa, un jarrón cristalino, con agua hasta la mitad, las contenía.


- Veo que recibiste mis flores... y veo que estás mas que lista para ir a cenar.

Como balde de agua fría cayeron estas palabras sobre Daniela. No había sido Celeste quien mando el arreglo y estaba a minutos de salir con el patán de Carlos, quien ni siquiera se había inmutado por preguntar que tal estaba la pequeña Gaby, su hija.


- Veo que estas hermosa... anda vamos ya, antes de que se haga mas tarde, yo si tengo un apetito muy grande, no he comido nada desde media mañana... __ Daniela sontió como la tomaba del brazo... sin reaccionar ... solo lo hizo cuando ya estaba instalada dentro del auto, unas extrañas lozas invisibles, pero de gran peso aprisionaban su cuerpo, las cuales le impedían pensar coherentemente... "Por qué tiene que aparecer Carlos nuevamente en mi vida"... Era el único pensamiento que rondaba por su mente... "Por qué ahora..."


********


El sitio elegido para la cena, ostentaba elegancia y glamour. La crema y nata de la sociedad se reunía allí para dar vuelo a sus despliegues de fama y fortuna. No es que Daniela no compaginara con el ambiente, pero ella más bien prefería los lugares discretos y sin tanto morbo "económico"... Solo se escuchaban hombres fanfarroneando sus crecientes cuentas bancarias o su conquista del día... aparte de muchas mujeres sometidas a la disposición de los maridos, que solo buscan jugar canasta día con día y bingo entre semana... Mundo materialista y hostil...

Daniela y Carlos ocuparon una de las mesas centrales. Desde la misma se veía a la perfección la puerta de entrada al sitio. Los manteles blancos, loza de porcelana, cubiertos de plata y copas de cristal. Realmente era demasiado para las costumbres sencillas de Daniela, pero se encontraba allí, con la persona que menos deseaba ver en la vida, su ex esposo Carlos Cerezuela, rico industrial y exitoso hombre de negocios, además de muy guapo, pero extremadamente mujeriego. Fidelidad, no era una palabra que existía en su vocabulario y mucho menos "paternidad responsable" pues era sabido en los cuchicheos de sobre mesa, que tenía aventuras por doquier y por tal circunstancia hijos regados por donde sea.

Cuando estaban por servir el platillo de entrada. Una sonora carcajada provocó que Daniela volteara hacia la puerta. Era inconfundible. Celeste estaba allí, completamente transformada. Un conjunto perfecto de pantalón y saco negro estilo sastre y una camisa de seda azul que se pegaba perfectamente a sus pectorales... unos botones desabrochados con toda intención de mostrar un poco mas allá de lo permitido, permitía admirar un cuello liso, apetecible. El cabello recogido en un extraño peinado, el cual dejaba caer unos mechones sueltos sobre su rostro. Esa mirada azul, que difícilmente olvidaría Daniela. Allí estaba ella... solo que estaba acompañada.

- ¿Sucede algo?... No has probado bocado... Ni siquiera el vino y mira que esta delicioso... ____ Poniendo atención a la reacción reseca de Daniela, sbre todo despues de voltear insistentemente hacia la puerta de entrada.

- No... No tengo apetito...___ Un vacio incomodo y una opresión ligera en el pecho impedian a Daniela disfrutar de las viandas servidas.

- ¿Perdón? Tú, sin apetito, apenas puedo creerlo... -Y Carlos soltó una carcajada.____ Disculpa... es que no... no... puedo... creer...

- Por Dios..., que no me parece apropiado que te burles de mi. Deja de...

- No... No... disculpa...es extraño...

- Permíteme, iré un momento al tocador... ___ sin aguantar un momento mas la presencia de ese hombre, pero mas con la urgencia de saber si Celeste se había dado cuenta de que estaba ahi, se levanto apresurada sacudiendo un poco la mesa.

- Por Dios Daniela, lo siento...___ La voz de Carlos se escuchaba a lo lejos..

- No hay problema... sigue comiendo, en un momento vengo... Se encaminó al area de tocadores.

- Ok, ok... aquí te espero...___ Los trozos de medallón volvieron a dirigirse a la boca de Carlos con un ritmo algo rápido.


Dio la media vuelta y una expresión de fastidio asomó por el rostro de la rubia concertista. Realmente ningún sentimiento escapaba de la manifestación espontánea, era un limpio espejo de las emociones de Daniela, por lo mismo imposible para ella mentir, su rostro la delataba.

Al salir del lavabo y para llegar a su mesa. Daniela dió con que tenia que pasar justamente por la mesa ocupada por Celeste y la bella amiga que le acompañaba. Tomó unos momentos para ver desde su sitio, que era una amena platica la sostenida por las dos mujeres, alcanzó a advertir también, como la otra mujer que acompañaba a la morena, acariciaba sutilmente la mano de esta y las miradas que le dirigía... Eso aquí y en china, nos hace pensar que la chica se siente atraída por Celeste... "y quien no"... pensaba Daniela para si... Es una mujer hermosa y agradable. "hasta yo puedo rebasar esa línea"... Cayendo en cuenta del tipo de pensamientos que atravesaban su mente, sacudió levemente su cabeza, la cual empezaba a sentir un leve dolor... "Quizás el estrés"... seguía pensando Daniela... Pero extrañamente su corazón también se sentía adolorido...

Al cabo de unos minutos, tuvo que animarse a pasar cerca de la mesa de Celeste.

Tratando de disimular no haberla visto, se dirigió a su mesa. Le favorecería que Celeste estaba de espaldas a ella, por lo que pensó sería fácil pasar. Pero oh casualidad que en el momento que caminaba cerca de ella, esta se voltea a buscar algo en la bolsa que a acomodado en la silla de al lado, por lo que el encuentro de miradas es inevitable y al momento de darse es como si un petardo golpeara inminentemente a ambas, mismo sentido, misma dirección.

- Daniela... ¿Eres tú? Que placer verte.___ Y la emoción se concentro solo en un punto: su sonrisa.

- Celeste ¡qué sorpresa, verte por aquí...! En verdad. ___ Un rubor intenso que la delataba inmediatamente se apoderó de las sienes de Daniela.

El envaramiento clásico de estos momentos empezó a dejarse sentir dentro de ellas.

- Por los dioses, de verdad es un gusto verte... No había tenido oportunidad de...

- Si, imagino que estarás muy ocupada... - Apuró a decir Daniela, dirigiendo una mirada ¿"celosa"? a la compañera de Celeste...

- Perdón... Te presento a Carolina... Ella es la encargada de finanzas de la empresa donde laboro... y amiga mía...___ Dijo un poco apenada.

- Mucho gusto... -Carolina estendió su mano.

- Igual para mi... -Daniela extendió su mano a la vez...___ Daniela Duran...

- ¡OH! La concertista de quien me hablabas...___ Carolina dirigió a Celeste una mirada resignada, al ver la belleza de la mujer de quien Celeste se había pasado hablando todo lo que llevaban de tiempo en el restaurante.

- Si es la misma...__ apenada por el comentario, Celeste retiró la bolsa de la silla, haciendo una abierta invitación para que Daniela las acompañara.

Un atisbo de gusto se empezó a desarrollar en el interior de la rubia pianista.

- Será un placer escucharle entonces... Celeste me a invitado a su concierto... allí estaremos en primera fila...

"En primera fila"... Buuummmm... Ese pequeño atisbo de felicidad desapareció en forma automática después de escuchar el comentario.

- Me halaga con el comentario... Pero, no quiero interrumpir mas su cena...

- Espera...

Celeste toma del brazo a Daniela, un hormigueo extraño recorre la zona del roce, el cual se extiende por todo el cuerpo...

- ¿Gustas acompañarnos?...

- Me esperan en esa mesa... También vengo acompañada... Quizás en otra ocasión, con mucho gusto.


¿Se escuchaba dureza en las palabras de Daniela? , ¿porque tenia que ser tan endemoniadamente transparente?. Celeste se dio cuenta de que en realidad estaba molesta por el encuentro... ¿Acaso sería eso? O mas bien sería el hecho de verle acompañada... "por los dioses" pensó para si... "que sea la segunda opción la que este acertada". Y sin poder retenerla más, dejo que se marchara a su mesa. Sin embargo esa ya no sería una buena noche para ella. Alcanzó notar como Daniela se acercaba por la espalda al hombre de aquella mesa... y como le daba un beso en la mejilla.

Continuará...

LAO

MEXICO

No hay comentarios: